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Estos murales muestran a un jugador sosteniendo una cabeza decapitada, la
sangre del perdedor (que se encuentra de rodillas),está representada
mediante seis serpientes que simbolizan al Gran Árbol que crece en
el centro del mundo.Los demás jugadores se exponen como testigos de
la escena.
Se sabe que este juego está vinculado con
la idea de la guerra sagrada y la perpetuación de las dinastías.
El juego de pelota no era un deporte sino un ritual que involucraba la comunicación
con el otro mundo.
